viernes, 11 de mayo de 2012

Sabiduría Perenne

LOS PRINCIPIOS HERMÉTICOS

“El Todo es mente: el universo es mental. Como arriba es abajo; como abajo es arriba. Nada está inmóvil; todo se mueve: todo vibra. Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades no son más que una verdad; todas las paradojas pueden conciliarse. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede conforme a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay numerosos aspectos de la casualidad, pero ninguno se escapa de la ley; existe un género en todas las cosas; todo tiene sus principios masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos; la mente, así como todos los metales y demás elementos. pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración; la verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental; más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la Realidad Substancial, la Verdad Fundamental; el Universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO; si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el TODO está en todas las cosas. El que comprende esto debidamente ha adquirido gran conocimiento.”

EL KYBALIÓN

domingo, 6 de mayo de 2012

NÚMEROS

EL VALOR SECRETO

El valor secreto de los números tiene una fórmula que se plantea de la siguiente forma: valor secreto de un número es igual al número por el número, más uno, sobre dos. Así, cuando vamos a poner el valor secreto de uno, de dos, de tres o de cualquier número, aplicamos esta fórmula y, con esta base da un número que se relaciona con una letra, con un Arcano, con un color, con un planeta y, todo ello nos hace llegar a una síntesis que el qabbalista aplica en su vida diaria para la resolución de cualquier problema o de cualquier enigma que se le presenta.
El valor de “Pí” tiene una relación estrecha con la numerología. Ustedes saben que dentro del estudio de la trigonometría, este valor tiene una medida de acuerdo a una parte del círculo. El valor de “Pí” durante mucho tiempo fue erróneo. Todavía se recordará que su valor era igual a 3.1416. Cuando se iniciaron los viajes espaciales, los Científicos se dieron cuenta de que había un error de cálculo y que eso influía de manera importante.
Dentro del estudio qabbalístico, la aplicación de las fórmulas es determinante. Desde los colegios de la antigüedad se sabía que el valor de “Pí” era 3.142857, aunque nos lo enseñaron como 3.1416. Esas pequeñas equivocaciones de milésimas no permitían concretar perfectamente los cálculos. Observarán que este número, 3.142857, es un número especial que se deriva de la división de las veintidós letras del Alfabeto Hebraico, entre el número siete, indicado como los siete días de la Creación, los siete colores primarios, los siete hoyos de la cara (oídos, fosas nasales, ojos y boca), los siete colores del arcoíris. Si ustedes calculan la división de veintidós entre siete, ¿Qué resultado nos va a dar? : 3.142857.
Es muy importante memorizar y estudiar este número, porque el valor entero, que es el número tres, representa la Tríada Superior y 142 857 va a representar un número que, multiplicado por dos nos da los mismos números (285 714); multiplicado por tres, sucede lo mismo (428 571); multiplicado por cuatro, igual (571 428); lo mismo por cinco (714 285); que por seis; (857 142), pero ahora, mucha atención, multiplicando 142 857 por siete, qué número va a dar?, dará solamente nueves (999 999). El siete es el primer número que al multiplicarlo por 142 857 no nos da la repetición de los mismos números.
Si se suma uno al 999 999, resultado de la multiplicación por siete, vuelve a dar el número diez, o sea, el principio y el fin. Los ceros a la izquierda no tienen ningún valor, los ceros a la derecha indican números en expansión, así el uno y el diez son el mismo, pero el diez expandido. El uno y el cien son igual, pero este último expandido; el dos, el veinte, el doscientos y el dos mil son los mismos, pero expandidos. En la tradición qabbalística, en lugar de poner un número común y corriente como lo conocemos, se pone una letra de las veintidós combinada con otra y, así, da el número que queremos marcar. El valor secreto de los números, como el valor ordinario y el valor de “Pí”, son determinantes para poder deducir lo que significa un símbolo, lo que significa un mandala, y, también, la pronunciación del Nombre Divino.
Por ejemplo, uno de los veintidós nombres de la Divinidad:

Yod-He-Vaw-He,    o sea:    Iave.


LA FERRIERE                                                                                                                                                                    


                                                                                                                        




                                                                                                                   


                                                                                                                         


                                                                                                  


viernes, 4 de mayo de 2012

RABASH

Está implícito en este extracto que se necesita corregir únicamente la porción del individuo conforme a la raíz individual de su alma en particular y nada más. Con  esto se completa el aspecto del total de su alma que necesitaba corregir. Es necesario saber que todas las almas son extensiones del alma general de Adam HaRishon (el primer hombre). Como resultado del  pecado del Árbol del Conocimiento, su alma se dividió en  600,000 almas. La "Luz" de Adam que se denominaba Zei'raIla'ah (esplendor superior) en el sagrado Libro del Zohar, era única, total y unificada, y de pronto en  el momento del Pecado se dispersó y se fragmentó en un gran número de luces.  Como protección de las klipot. La luz de los siete días de la creación se dividió en minúsculas porciones, que son demasiado diminutas para dar sustento a las klipot Había un rey que deseaba enviar una  gran cantidad de monedas de  oro a su hijo que vivía en ultramar. Todos los  habitantes de su reino eran ladrones y estafadores. No contaba con ningún mensajero en quien confiar. ¿Qué fue lo que hizo? Fraccionó las monedas de oro en centavos y los envió empleando gran cantidad de mensajeros. Cada mensajero en particular decidió que no valía la pena provocar la ira del rey por un botín tan insignificante.  De la misma forma, una multitud de almas, en una multitud de días puede redimir los fragmentos de nitzotim kedoshim (las chispas sagradas) que fueron usurpadas por los klipot (el mal) después del pecado de etz hadaat tov (el Árbol del Conocimiento del Bien). La "multitud de las almas" representa las luces interiores. "Los numerosos días" representan luces exteriores. Las luces interiores iluminan en el presente, mientras que las luces circundantes iluminan en el futuro. Todos los centavos se combinan para formar la luz original en cuya presencia pecó Adam HaRishon. En ese momento la corrección se habrá completado. Todos han nacido con una pequeña porción del alma de Adam HaRishon. Cuando el hombre corrige su porción evita la necesidad de reencarnar. Una persona puede sólo corregir lo que pertenece a su pequeña porción.  Cada persona que nace tiene la posibilidad de elección, porque una persona no nace como un justo, como los cabalistas lo han dicho (Nidah 15,2): "Rabí Janina barPapa, aprendió que el aspecto a cargo del embarazo, Laylah es su nombre, toma la gota y la lleva ante el Creador.
El Ari Za"l en el libro Etz Jaim escribió: "un día no se compara con el otro, un momento no se compara con otro, y  una persona no se compara con otra. Pero cada quien tiene que arreglar lo que le pertenece a su porción. Dice frente a Él, "Amo del mundo, esta gota, ¿qué será de ella, será fuerte o débil, sabia o necia, acaudalada o pobre? Si será malvado o justo eso no está predeterminado, etc."  Así es que una persona no nace justa,  justo  o malvado, está predeterminado, pero se deja a la libertad de elección de la persona. Todos, conforme a su afán en la Torá y Mitzvot merecerá perfeccionar su corazón y corregir su parte individual conforme a la raíz de su alma. En este momento estará completo.