miércoles, 1 de febrero de 2012

REENCARNACIÓN

Las almas descienden a los cuerpos físicos de acuerdo a un orden fijo y predeterminado. Vuelven a este mundo cada vez en un nuevo órgano. Las características físicas de cada generación son similares a la que le precede, pero las almas de cada generación vienen al mundo con una experiencia acumulada de todas las generaciones anteriores. Tienen nuevos poderes que adquirieron durante su estancia “arriba”.
Por eso en cada generación hay una serie de deseos, objetivos en la vida que caracterizan a una generación. En cada generación descienden las almas con nuevos deseos posibles. Los deseos determinan cómo evolucionará la ciencia, cultura, arte y las relaciones sociales de esa generación.
Todo está decidido desde arriba, incluso antes de que las almas descienden a este mundo y determinan la dirección del desarrollo de esa generación. Mirando los atributos de las almas que descienden al mundo, es posible prever todos los detalles del desarrollo de una determinada generación, incluyendo todos los eventos importantes que tendrán lugar hasta el último detalle, porque los datos espirituales en las almas, incluye todo dentro de ella para re-empezar!
Incluso si una determinada generación no desarrolla el deseo de descubrir la realidad - el Creador, aún hace cierto progreso en esa dirección, cuando sufre dolor y tormentos que le son enviados  por el Creador. Así, cada generación acumula experiencia en relación a su egoísmo y como resultado, empieza a sentir ese dolor. Pero en ese punto, el dolor es todavía inconsciente, porque la razón real para ella, que proviene de nuestra naturaleza egoísta, aún no es comprendida.
Finalmente, la memoria acumulada del tormento de todas las generaciones traerá consigo el entendimiento de que solo recibimos benevolencia desde arriba. Cuando sentimos que esa benevolencia es solo a través de nuestras vasijas egoístas, lo sentiremos como un mal absoluto! La evolución de las generaciones nos traerá a la consecución de la actual realidad.
Una clase diferente de almas descienden en cada era histórica, porque ellas necesitan un tipo diferente de Providencia, que se ajuste al tipo de almas que se encuentran actualmente en el mundo.
Es por eso que en cada generación hay gente que nos guía al progreso Espiritual. Escriben libros, establecen grupos de discípulos, todo con el fin de transmitir el método por el cual revelan como alcanzar la realidad, que sería el mejor traje para el tipo actual de almas.

En su "Prefacio al Zohar", Baal HaSulam escribe que durante un período de seis mil años, las almas descienden a este mundo. En cada generación las almas se caracterizan por cualidades peores y más groseras.
Cada generación exige su propia corrección. Durante los primeros dos milenios, las almas que descendieron fueron de hecho tan puras, que incluso no necesitaron la Torá a fin de cumplir con su parte. Se desarrollaron en este mundo sin necesidad de un medio para revelar y alcanzar la Espiritualidad. Fue un tiempo de ganar experiencia y tormento en el mundo. El hecho real de que existieron en este mundo les fue suficiente para avanzar hacia la corrección Espiritual. El dolor acumulado empujó a las almas para salir de esa situación dolorosa. La fuerza impulsora en el desarrollo humano es de hecho, el deseo de liberarse del dolor.
Durante los siguientes dos milenios, ellos necesitaron solamente la Torá revelada y la observación física de las mitzvot, para su evolución Espiritual.
Se referían a las mitzvot como actos concernientes a este mundo físico. La observación mecánica de mitzvot era suficiente para ellos en el orden de ser purificados y avanzar hacia la corrección.
Pero el logro del objetivo de las almas no termina aquí. El número de las almas es limitado: hay 600.000 almas. En cada tiempo, las almas descienden al mundo para llevar a cabo otro adelanto espiritual.
Cuando nos referimos a un alma como suficiente o no suficiente, está relacionada con el período de tiempo que resta para alcanzar el final de la corrección. Un alma que necesita mayor corrección es considerada como más impura.
La era del descenso de las almas duró hasta el siglo XVI y no sólo terminó cuando el ARI escribió que desde su tiempo en más, no solo es deseable el estudio de la Cábala, sino que es un deber para todos: hombres, mujeres y niños de todas las Naciones.
Se explica que las almas han alcanzado un cierto grado de evolución, por lo que cada alma, con el único sistema que desarrolló el ARI, será capaz de alcanzar el logro completo de la realidad, el logro de la fuente de luz y su propio final de corrección. Así, cada alma sería capaz de alcanzar el propósito para el cual bajó a este mundo, lo hizo para cumplir su destino en este mundo.
Esta condición sólo exige el logro de la actual realidad, que la Sabiduría de la Cábala, permite. Ese logro se dará solo cuando toda la Humanidad encuentre las Leyes de la estructura real del mundo, su origen, en que tiempo, tormento y dolor desaparecerá de este mundo.
Cuando nos demos cuenta cómo la realidad nos afecta y cómo nos relacionamos con esto, dejaremos de corromper lo que no deberíamos; y no perder las oportunidades de hacer lo que debería hacerse, y todas nuestras acciones serán conscientes y correctas:-de conformidad con la Ley del Universo. Entonces este mundo y el mundo que descubriremos, convivirán en completa armonía.
Pero mientras tanto solo podemos hacer  mal. Solo en retrospectiva podemos ver que nos hemos dañado en lugar de corregirnos. Hoy, no tenemos forma de retractarnos de los errores La Humanidad está en un callejón sin salida y tormentoso, causando más y más dolor y daño.
Nuestro dolor seguirá aumentando, hasta que finalmente toda la Humanidad se dará cuenta que no hay sino un único camino: el Camino del Crecimiento Espiritual. Debemos ser conscientes de esto; no tenemos ninguna otra alternativa, sino comenzar a estudiar las Leyes del Mundo Superior, para tratar de entenderlas, porque somos parte inseparable de ella.
Este entendimiento cambiará dramáticamente nuestra situación y nos permitirá alcanzar altos niveles Espirituales. Debemos comenzar a actuar conscientemente, desde una amplia perspectiva, entender el objetivo final y empezar a trabajar juntos, y no como individuos que no se preocupan por nadie sino por ellos mismos.

Rav Laitman

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