
sábado, 31 de diciembre de 2011
La Raíz Espiritual de la Infidelidad
La Música y la Cabala
Música y Cabala... ¿Cuál es la conexión entre ellas? Cada quien tiene un concepto de la música, pero no todos saben lo que es la Cabala.
La esencia de la Cabalá se ha visto envuelta en un velo de misterio, pero siempre ha existido un interés por ella. Según las leyendas, quien conoce la Cabalá y domina sus secretos, puede controlar nuestro mundo y los mundos espirituales que influyen a nuestro mundo, revelando su pasado, presente y futuro.
La Cabalá es la ciencia de la estructura del universo, las leyes del desarrollo de los mundos espirituales y nuestro mundo, y las leyes del propósito del hombre.
La Cabalá es la ciencia sobre el impacto de los deseos humanos en el mundo que nos rodea.
Todos los libros cabalistas están escritos en el lenguaje de los sentimientos y los deseos. Este lenguaje es único y estrictamente científico, empleando gráficos, fórmulas y diagramas. Explica cómo alterar nuestros deseos para influir al mundo con un fin determinado. A través de tales gráficos y esquemas, la Cabalá describe sentimientos, el alma del hombre. La música también habla en un lenguaje de sentimientos y emociones, y como tal, está cerca de la Cabalá.
¿Qué es la música? Es una emoción capturada durante su evolución. Sólo la música puede ilustrar un proceso de transformación de los sentimientos a través del tiempo. Por eso, para quienes aún no han percibido el mundo espiritual, la música de la Cabalá otorga una cierta analogía de la impresión de la espiritualidad que percibe el cabalista.
Entre más evolucionados son los sentimientos de una persona, más se deleitará con lo que escucha. Con la música, la persona sensible tiene la posibilidad de abrir un mundo entero para sí mismo, experimentando diversos estados emocionales, desde la dicha hasta la tragedia. Y entre más se desarrollan los sentimientos, más insondable será la sensación que la música transmite.
De la misma manera, quien estudia Cabalá cultiva los instrumentos adecuados interiores para comprender la espiritualidad y percibir la información espiritual. Al igual que un músico repasa las notas y escucha la música en su sensación interior, el cabalista, al leer los textos cabalistas percibe el mundo espiritual en su interior.
La primera sensación espiritual de una persona cuando se revela la espiritualidad es el agradecimiento al Creador. El hombre siente este poder superior y advierte que lo ha salvado de una existencia sin salida hacia un mundo infinito, sin tacha, de absoluta consciencia y perfección. Es esta sensación que el Rav Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag (Rabash) transmitió con su música a las palabras del salmo:
Te agradezco por salvar a mi alma de la muerte
A mis ojos de las lágrimas
A mis pies de la entrada del infierno
Un gran cabalista escribió los libros sagrados que describen el secreto del universo, y nosotros tenemos el privilegio de escuchar las melodías creadas por ese gran Cabalista, Yehuda Leib Ha-Levi Ashlag y su hijo Rav Baruj Shalom Ha-Levi Ashlag. A través del lenguaje de los sentimientos, sus melodías expresan sensaciones espirituales e información.
Rav Yehuda Ashlag alcanzó todos los secretos del universo y los describió en sus composiciones, el Sulam (la Escalera) comentario al Libro del Zohar, Talmud Eser Sefirot (El estudio de las Diez Sefirot)... que también imprimió en sus melodías.
La ubicación del alma en el mundo espiritual se llama la raíz. Las raíces de las almas difieren. Las almas descienden a nuestro mundo y se encarnan en cuerpos. Así como las raíces de las almas son distintas, los objetivos que cada alma debe completar en nuestro mundo también lo son. Por esto, cada cuerpo no es más que un mecanismo para completar el plan del desarrollo del alma.
El hombre empieza a sentirse atraído por la espiritualidad, esforzándose por alcanzar su raíz espiritual, desea alcanzarla en el momento, ser capaz de sentir todos los mundos hoy, mientras continúa viviendo en este mundo.
La música cabalista revela y desarrolla el potencial espiritual de la persona.
Las melodías cabalistas no están sujetas al análisis musical. Desde el punto de vista de la música clásica, estas melodías podrían parecer banales en sus estructuras y lenguaje musical.
Pero aquéllas personas con una inclinación por la ascensión de sus almas en esta vida, quienes desean alcanzar el Mundo Superior y el universo entero, sienten en esta música algo que los atrae hacia lo inexplorado.
No sabemos cómo está estructurada nuestra comprensión musical. ¿Por qué sentimos los acordes mayores en un tono emocional y sensible diferente a los menores? ¿Por qué sentimos el mayor como algo más brillante, abierto y feliz que el menor? Muchos músicos, que tienen un oído musical perfecto, ven colores y notas, acordes y tonos. Nadie sabe cómo ocurre y por qué estas asociaciones de color, sonido, gusto, y sensaciones aparecen dentro de nosotros. Nadie conoce la estructura de nuestros receptores que perciben información absolutamente inmaterial.
Los cabalistas sin embargo, entienden la forma en que estas creaciones trabajan dentro de nosotros, porque conocen la estructura de nuestra alma. Siendo cabalistas pueden introducir información espiritual en los sonidos musicales. Por eso la música cabalista es un medio para instilar en el mundo interior de la persona la información de todo lo que la rodea.
El contenido de la música de nuestro mundo está conectado a las sensaciones personales, terrenales y las emociones de los compositores. Ellos siempre han aspirado a reflejar los predicamentos de la creación de la música, sin embargo, estas tentativas nunca han pasado de ser meras conjeturas o sentimientos personales.
Solo las melodías escritas por los cabalistas nos permiten ingresar realmente a las sensaciones de eternidad, y movimientos del alma, empujándonos a entender nuestra esencia como parte de un universo eterno.
La música cabalista está escrita por grandes cabalistas como una expresión de sus sensaciones espirituales. Está esencialmente ubicada en un alto nivel espiritual.
No se puede olvidar una sensación espiritual. La música que se escuchó y se sintió permanece y se puede repetir en cualquier momento. Este sentimiento puede más tarde manipularse, recreando el más refinado matiz de emoción. En toda melodía existe un sentimiento diferente que corresponde a cada estado espiritual particular. Debido al elevado nivel de su compositor, cada melodía habla de lo etéreo al elevarnos al mundo espiritual - hacia la eternidad y la perfección.
REFLEXIONES del día 16.12.2011
Sólo con la integración correcta entre nosotros podremos alcanzar la plenitud. Tú nunca cambiarás; si realmente quieres cambiar, será sólo a través de la conexión, de la integración con los demás. Y si estás unido a ellos, sentirás una forma nueva. Por lo tanto no tenemos que compararnos unos con otros sino sólo unirnos.
· La evolución de los niveles inanimado, vegetal y animal es una evolución instintiva, y también en el nivel del parlante existe esta evolución, es decir la realización de acciones de modo automático. Y de ese modo vive, hasta que termina el desarrollo del nivel animado en el nivel del parlante y tiene que atravesar la evolución del parlante en el nivel del parlante – la evolución última llamada "Adán".
· Este nivel de evolución es especial por el hecho de que en él la persona se vuelve parecida al Creador. Esta evolución también es obligatoria desde adentro, pero sólo desde el punto de vista del impulso interior. Lo que sucede es que el desarrollo mismo depende del reconocimiento, de la comprensión, del esfuerzo por parte de la persona misma. Aquí la persona debe comprender, participar en lo que le sucede, porque toda la esencia de esta evolución es que en ella, la persona comprenderá y controlará la evolución por sí misma.
· Esta evolución no es egoísta como en los niveles anteriores, en los que la persona cumple las órdenes de su ego, sino que aquí la evolución es inversa – por encima del ego, del deseo llamado alma – un deseo que se halla fuera de la persona y no en el cuerpo – el deseo para su propio bien.
· En definitiva, toda la realidad fuera de la persona es su alma. Para facilitarnos el trabajo de la adquisición del alma, es decir salir de nosotros mismos e identificarnos con esos deseos externos, la naturaleza, la Fuerza Superior, dividió toda la realidad de la persona y lo que está fuera de ella; siente su deseo interior y no siente el deseo que se halla fuera de ella, excepto a través de sí misma – cómo aprovecharse de él. Si quiere adquirir este deseo exterior, necesita una ayuda que la guíe, la ayude a salir desde dentro de sí misma y entrar en algo diferente, fuera de ella. Todas estas acciones pueden ser realizadas por medio de un entorno especial llamado grupo.
· El trabajo en el grupo es una actividad indispensable que tienen que organizar para salir del deseo interior llamado cuerpo, ego, al deseo exterior llamado alma, el Creador. Y sólo por medio de la fuerza externa llamada amigo, la persona puede ayudarse, liberarse de la prisión y avanzar, hasta que adquiera todo el mundo libre. Y cuando muera todo el deseo de recibir, la persona se vuelve totalmente libre, sale del interior del cuerpo y adquiere el alma.
· Mi ego divide toda mi captación de la realidad en interior y exterior, que también están divididas en muchos y diversos niveles. Lo que me parece como mi realidad interior, incluye el círculo más cercano a mí, este es mi ego, y quiero aprovecharme de la realidad exterior – entrar desde afuera hacia adentro. Esa es la captación de la realidad, y es mala porque es limitada, en el nivel animal, y evita que vea la realidad verdadera. Y a la persona se le dio la posibilidad de salir de dentro de sí mismo y conocer la naturaleza en su plenitud, al Creador. Por lo tanto todo se trata de cambiar la captación por medio de fuerzas auxiliares que se hallan fuera de nosotros.
· Nosotros no tenemos la capacidad de comprender la vida, y toda la humanidad que busca comprender cuál es el sentido de la vida no halla respuesta. Y a partir del descubrimiento de la persona en su vida, nos llega toda nuestra conciencia, nuestra comprensión de la realidad.
· A partir de lo que la persona descubre frente a ella, construye una variedad de formas de relacionarse con la naturaleza; al principio pensó que todo era naturaleza, y con la evolución del ego comenzó a dividirla en una fuerza mala y otra buena, y posteriormente comenzó a dividir todos los detalles del entorno en relación a sí misma en buenos y malos, al destino, etc., y como resultado de eso construyó para sí misma las religiones, las creencias y así sucesivamente.
· Si hubiéramos descubierto todas las formas que se revelan ante nosotros de manera independiente, sin posibilidad de sentir los objetos, no hubiéramos visto en ellos bueno o malo, sino todo bueno, como lo vimos en el principio de la evolución de la humanidad. Y a medida que el ego crece nosotros comparamos nuestras sensaciones en relación a la acción de las fuerzas de la naturaleza, y de ese modo comenzamos a diferenciar en la naturaleza todo tipo de divisiones.
· A medida que el ego se desarrolle, la gente quedará realmente desnuda, y no tendrán posibilidad alguna de enfrentarse, de comunicarse con la naturaleza. Sentirán que se hallan realmente bajo control absoluto, y que cada momento, cada detalle de la vida, está determinado por la casualidad y el destino, con el que no podrán determinar ninguna relación especial. Y a partir de esta situación llega al punto de inversión de los métodos del pasado a la sabiduría de la Cabalá.
· Debido a que no tenemos la capacidad de digerir la imagen de la naturaleza en general, dividimos el estudio de la naturaleza en diferentes ciencias, pero de hecho hay solamente una ciencia que integral y ella estudia la naturaleza. Y ahora estamos comenzando a descubrir gradualmente que la naturaleza se halla por encima del ser humano y hay en ella un programa, de hecho un cerebro creador.
· Nosotros vemos que dentro de la naturaleza domina la fuerza del amor – la combinación de dos elementos opuestos, y precisamente dentro del choque entre los dos nace la vida.
Estado de "COMA" después del Congreso
Nunca anules las situaciones en las que te encuentras. Aprende de ellas como un científico que aprende del entorno. Trata de ver tus estados desde afuera, de un costado, para entender y averiguar dónde te encuentras. Entender por qué te pasa esto y saber que este es un proceso esencial. Al final, si no luchas contra esto y reconoces la situación en la cual te encuentras, llegará el despertar y saldrás de esta situación.
Clase matinal, parte III, 34:00-40:00
miércoles, 21 de diciembre de 2011
lunes, 19 de diciembre de 2011
EL FUNDAMENTO del TERCER TEMPLO
Pregunta: ¿Podemos decir que, en virtud de los esfuerzos comunes que hemos hecho en el desierto de la Aravá y en la Convención, fuimos capaces de encontrar un lugar y de sentar las bases para el Tercer Templo?
Respuesta: En hebreo, “Templo” es “la Casa de Santidad”, donde “casa” es Maljut, y la “santidad” es Bina. Maljut que está conectada con Bina, después de haber recibido sus cualidades y de tener su propio Partzuf, a esto se le llama “la Casa de la Santidad”.
Esta casa está construida por el grupo, o en el lenguaje de las fuentes primarias, por la “santa sociedad”. Esto nos habla de una sociedad que quiere avanzar y adquirir la fuerza del otorgamiento. Esta es capaz de construir la Casa de la Santidad.
Como un todo, existe una sola alma común, y nosotros estamos tratando de ensamblar las piezas rotas. Nuestros Kelim interiores, corresponden a Galgalta ve Eynaim dividido en tres componentes: la raíz, el alma, el cuerpo. Además, también hay Kelim externos correspondientes a AHP, que conforman el ropaje y el castillo.
Los Kelim internos son el grupo, nuestra unidad. Después de todo, en la espiritualidad no existe un individuo único, sino solamente una sociedad. Este grupo construye por sí mismo la corrección de los Kelim externos, también llamados “el Templo”.
En el pasado ya hemos hecho esto un par de veces, en el tercer estado y luego en el segundo. Ahora tenemos que reunirnos en un grupo, es decir, corregir los Kelim internos, y luego corregir los externos. El Templo no puede construirse sin un constructor. Dicho de otra manera, el AHP no puede corregirse si no hay Galgalta ve Eynaim.
Por lo tanto, habiendo comenzado a corregirnos a nosotros mismos, por supuesto que hemos sentado las bases para la construcción del Tercer Templo.
(63224 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 15/12/11, “La Libertad”)
domingo, 18 de diciembre de 2011
ENTRE el CREADOR y la HUMANIDAD
Pregunta: ¿Puede usted trazar una analogía entre el estado de desarrollo moderno del mundo y el desarrollo espiritual?
Respuesta: Por supuesto. Vamos juntos con toda la humanidad como Galgalta ve Eynaim con AHP. Somos el uno por ciento, y ellos son el noventa y nueve por ciento. Si no fuera por las necesidades de la humanidad, no habríamos despertado del sueño corporal. Al igual que en las generaciones pasadas, el mundo de hoy habría tenido sólo algunos cabalistas.
Así que, ¿por qué hay cientos de miles, millones, de nosotros hoy en día? Porque el mundo nos necesita. Todo el que estudia y difunde la Cabalá se convertirá en un maestro de tiempo completo. Estoy seguro de que en los próximos años, el mundo necesitará la presencia de estas personas en los sistemas educativos y en las áreas de cultura y política, en todas partes. Todos necesitarán el enfoque especial e integrado que solo nosotros tenemos. Esto se volverá necesario para todos los ámbitos de la vida, por no hablar del desarrollo interior.
Nuestro camino y el camino de la humanidad están interconectados naturalmente. Hoy en día, la necesidad de corrección ya está madurando en un gran número de personas. Naturalmente, el proceso es gradual, porque el mundo se compone de muchas partes y capas. Las diferencias son enormes. China, Estados Unidos, Europa y África son diferentes en su mentalidad, tamaño y en la naturaleza de su egoísmo. En general, todas las personas representan la pirámide de la humanidad.
Indudablemente, de una u otra manera, hemos recibido el derecho de avanzar en dirección a la libertad y a la revelación de la fuerza superior sólo con un objetivo: Tendremos que pasar lo que recibamos a los demás. Sin embargo, debemos pasarlo en una forma adecuada.
En este sentido, somos como Bina. En esencia, su parte superior pertenece a Jojma y está en contacto con el Creador, con la Luz superior. La parte inferior es como el vientre de una madre para el Partzuf inferior. Esto garantiza su nacimiento, amamantamiento y crecimiento. De esta manera, nuestra parte superior aspira constantemente al Creador, y la parte inferior siempre existe entre las criaturas.
Nosotros, Bnei Baruj, estamos en el medio como la parte media de Tifferet, entre el Creador y el mundo. Sólo tenemos el deseo de estar por encima como Él, y abajo con la humanidad. En el medio está nuestra libertad de elección y de esta manera, llegamos a ser semejante al Creador.
Después de todo, el Creador es el hacedor, Él produce, construye, y llena como una madre. Nosotros llamamos “madre” a la naturaleza, porque ella nos engendra, nos amamanta y nos protege. Nosotros tenemos que jugar el mismo papel hacia el mundo. Ejercitando esta actitud llena de otorgamiento, nos volvemos como el Creador.
El Partzuf común está dividido en cinco grados de Aviut (grosor). El segundo grado es el más importante. Éste copia a Keter, sigue el ejemplo del grado cero, y lo continúa más abajo. Este es nuestro objetivo. De esta manera, nos unimos con el Creador.
La Segunda Restricción se relaciona con esto. A medida que nos elevamos hacia Bina, Maljut nos ayuda a comenzar a ver el mundo desde el nuevo grado.
(63031- De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 13/12/2011, “La Libertad”)
sábado, 10 de diciembre de 2011
CONVENCIÓN ARVUT
Es decir que si no alcanzamos el estado que se llama confianza, no seremos capaces de revelar la Luz superior. Eso es porque la Luz se alcanza y se percibe en este recipiente de la confianza, es decir, que tenemos que estar seguros de que está en nuestro poder hacer esto y que depende sólo de nosotros. Si esta sensación interior surge en nosotros, sin duda tendremos éxito y revelaremos la Luz.
El grado de vida se define por el grado de confianza de uno, y cuanto más fuerte sea la sensación de confianza, más se revelará la Luz dentro de ella. Estamos en un océano de Luz infinita, incluso ahora, pero debido a la falta de confianza, la vasija para la revelación de la Luz que sentimos en este estado minúsculo, en el punto negro central, nos da la sensación de vida más débil posible, llamada “este mundo”.
Si queremos adquirir una mayor sensación de vida en cada una de las esferas que van incrementándose, hasta la última, la esfera infinita, sin límites, esto sólo dependerá de cuan seguros estemos de que podemos alcanzarla sólo en el interior de nuestra unidad.
No puede haber ninguna duda ni falta de confianza; pensamientos tales como que este no es el momento adecuado para hacerlo, que tal vez podamos hacerlo mañana o al día siguiente. En el momento en que logremos todos juntos esa confianza, inmediatamente irrumpiremos a través del Majsom.
Incluso la sensación de nuestra vida aquí, en este mundo, también depende de la sensación de confianza. Cuanto mayor sea la confianza, mayor es la sensación de vida material.
La Luz y nuestro ego están jugando uno con el otro, y nosotros estamos en el medio, entre ellos. Todo depende únicamente del nivel de nuestra confianza: si somos capaces de elevarnos por encima del egoísmo en cada momento y de unirnos a la Luz, aspirando a ser iguales a ella.
Esta guerra no se detiene por un momento, porque tan pronto como nos elevamos por encima de un determinado estado, se revela inmediatamente un mayor deseo egoísta para darnos la oportunidad de elevarnos por encima de él a un nivel superior. Es por eso que tenemos que hacer un trabajo interno constante: bajadas y subidas que se alternan sin parar.
Tenemos que entender que todos los descensos nos los dan para que los superemos y para así podamos nosotros alcanzar la confianza ilimitada. Y la única solución en este caso es separarnos de nosotros mismos, y unirnos al grupo. En él yo debo encontrar la gran fuerza que puede tragarme y traerme al siguiente nivel, como si fuera el vientre de la madre, el AHP del superior.
Según la medida en la que sea yo capaz de adherirme a este ascensor, este me elevará continuamente a niveles superiores. Sólo tengo que unirme a él todo el tiempo por encima de mi egoísmo, él cual se interpondrá en mi camino cada vez menos.
Mi tarea es sólo elevarme al otorgamiento por encima de la recepción, fe por encima de la razón, y esta acción sólo es posible en el grupo. Yo trataré de hacer esto continuamente, mientras mi ego me tirará a un lado, distrayéndome con asuntos triviales, y luego con asuntos más grandes y más graves, hasta que yo finalmente me desprenda de él e incluso deje de sentir cuán lejos ha llegado.
Todo nuestro trabajo se reduce a esto. Y si en cada momento no me experimento a mi mismo cada vez de manera más profunda dentro del grupo, de la sociedad y la confianza común que adquirimos juntos, entonces salgo de mi vasija, del deseo común que adquirimos para revelar el mundo espiritual y no alcanzo nada. Así pierdo yo la confianza.
Nuestra confianza está basada en la adhesión de la persona al grupo y allí encuentra ella la fuerza que le permite alcanzar continuamente mayores niveles espirituales.
(62584 – De la lección de preparación para la Convención Arvut del 4/12/11)
viernes, 9 de diciembre de 2011
RABASH
miércoles, 7 de diciembre de 2011
CABALA Y LAS MUJERES
¿Cómo puede una mujer diferenciar si anhela satisfacción psicológica o espiritual? Una mujer que está buscando la espiritualidad percibe que su satisfacción viene de algo más elevado que su vida. Ella tiene otro tipo de deseo.
viernes, 25 de noviembre de 2011
HOMBRE Y MUJER
¿Qué se esconde detrás de los conceptos de "hombre" y "mujer" mencionados en el libro del Zohar?
En cada una de nuestras almas, en cada Kli (vasija) espiritual hay una parte masculina y una parte femenina: la parte femenina significa carencia, el deseo de recibir que requiere corrección y esta parte se ocupa de agrandar cada vez más la carencia y de darle forma. La parte masculina significa el poder de superación, el poder del Masaj (pantalla) que atrae la Luz, y esta parte en nosotros se ocupa de buscar la manera de corregir el Kli y de llenarlo.
El alma es denominada como "hombre" o "mujer" de acuerdo a su estado: si la parte femenina del alma es mayor que la masculina, ese estado se denomina "mujer" . Y cuando la parte masculina prevalece sobre la parte femenina, se denomina "hombre". Como la carencia es la parte femenina, entonces seguramente es allí donde existe la debilidad, allí es donde hay una adherencia a la Klipá (cáscara) y de ahí el origen de todos los problemas que pueden surgir. El "hombre" por su parte debe mantenerla y corregirla.
Pero, ciertamente, sin la carencia no hay progreso, y por eso, en primer lugar, necesitamos que el sentimiento de carencia, la "mujer" sobresalga en el Kli con el fin de que el "hombre" tenga trabajo, o sea que pueda ver qué Masaj (pantalla) tiene que adquirir sobre la carencia descubierta. El estado deseado es cuando la parte femenina es corregida por la parte masculina.
Incluso en nuestro mundo existen dos sexos, como copia de la espiritualidad, pero ciertamente no debemos pensar que el Zohar se refiere a este mundo y a nuestros cuerpos carnales, pues según esto estaríamos al nivel "animal". Sino que la sabiduría de la Cabalá habla sólo sobre el grado del "hablante" y las fuerzas que hay en nosotros, y no tiene nada que ver con la sicología del hombre y la mujer en este mundo, que pertenecen también al nivel "animal".
(Clase matutina, parte I, 4:20-7:56, 01:04:23-01: 05:00)
domingo, 16 de octubre de 2011
MIDRASCH, (prólogo)
domingo, 25 de septiembre de 2011
TRANSMUTACIÓN
El hombre está imponente y admirablemente formado. Es el punto de encuentro de las naturalezas descendente y ascendente. El palenque donde los potentes dioses libran sus batallas y los principados y potestades se esfuerzan en dominarlo.
La naturaleza del hombre es tan intrincada y compleja, que ni siquiera se ha podido examinar acabadamente su constitución física.
Si esto sucede con el cuerpo físico, francamente perceptible por los sentidos y cuyos órganos pueden tocarse y manejarse, ¿qué ocurrirá con nuestras naturalezas mental y espiritual, muchísimo más sutiles e imperceptibles?
Si no tenemos certidumbre respecto del cuerpo terrenal, ¿cuán grande no ha de ser nuestra ignorancia respecto de los cuerpos celestiales?
La finalidad de la vida humana es el logro de la liberación de todo cuanto la liga a la tierra.
Este esfuerzo es la suprema labor del hombre individualmente y de la humanidad colectivamente.
El conocido aforismo: "disolver y coagular" significa la ruptura de los lazos de la pasión que atan el alma a la materia, y después de disolver hasta los más sutiles hilos del deseo y el afecto, dirigir hacia lo alto la corriente de la vida y coagularla con los puros elementos del alma.
El cuerpo humano es la verdadera cruz en que se efectúa la crucifixión. Cada ego escoge la cruz más adecuada a su especial necesidad.
Por lo tanto, se ha de tener en cuenta que durante la transmutación y hasta que termine, el cuerpo, ha de sufrir los efectos del proceso que se está operando en su interior.
Si el hombre siguió una licenciosa conducta en el pasado y se arrepiente y quiere mudar de vida para ser un santo, no podrá realizar la conversión en un parpadeo, pues sus varios cuerpos, que como sabemos son vivientes organismos, no se someterán desde luego al cambio de frente efectuados por el ego.
Les parece que se les debía haber consultado sobre la conversión y manifiestan su disgusto por medio de molestias, dolores e incomodidades. Tales son en general los síntomas que acompañan a todo proceso de transmutación.
Por doquiera rige el mismo principio en los laboratorios de la Naturaleza.
Un poco de reflexión nos convencerá de la perfecta analogía entre la naturaleza y el hombre, y nos ayudara a ordenar nuestra conducta de modo que nos aprovechemos de las sabias previsiones de la naturaleza en beneficio de los seres de todos sus reinos.
Cuando por vez primera levanta el hombre los ojos al cielo en suplica de enaltecimiento, le aguarda muy tremenda labor, pues se han de romper los seculares apegos del cuerpo, mente y alma y establecer nuevas afinidades.
Considerando todas estas cosas desde el exterior, decimos que el hombre se ha de dominar a sí mismo; pero dudo de que alguno de nosotros se haya dado cuenta de la plenitud de gloria del realmente vencedor, pues significa la formación de un nuevo ser que deje de ser hombre y comience a ser Dios.
Por supuesto que la batalla se libra en el interior del hombre. Lo que vemos en la superficie no es más que el movimiento de las agujas en la esfera de un reloj. La maquinaria esta dentro. Los muelles de la conducta están ocultos a nuestra vista. La causa de las cosas trasciende nuestra penetración. A veces nos parece que nos conocemos y que sabemos cuáles son nuestros intereses; pero el verdadero hombre y sus verdaderas necesidades están más allá de nuestra compresión. Dios, en su infinita sabiduría, ha ordenado que el hombre desenvuelva gradualmente el conocimiento de sí mismo. Mientras se transmuta su naturaleza, se va infiltrando el conocimiento de su ser.
Sabernos que todas las cosas de este mundo obedecen a la Ley de analogía. La ley que rige el átomo es la misma que gobierna al hombre y la que preside la evolución humana es idéntica a la que rige el Universo.
Si así lo consideramos, ¡cuán significativa es cada una de nuestras acciones!
A veces ciertas acciones que por lo leves no denotan importancia, producen por derivación resultados kármicos de tremenda importancia para el prójimo y para el mundo.
Cuando se transmuten y refinen los elementos de nuestra naturaleza inferior, tendremos grandes poderes y muchos dones, y el peligro estará en que no sepamos apreciar justamente los solemnes deberes que entrañan.
Nunca es posible invalidar la Ley de Dios, y cuando la desobedecemos, nos quebrantamos a nosotros mismos.
Si el aspirante es lo bastante enérgico para perseverar a despecho de las pruebas que al avanzar le asalten, surgidas de cada lado del camino, la obra transmutadora entrara en la etapa de unificación; pero antes de lograrla ha de desarraigar de su naturaleza toda pasión, todo deseo, todo pensamiento de índole siniestra.
La Unificación es la corona de la magna obra, la recompensa de eones de penoso esfuerzo y fatigosa labor.
Verdaderamente bienaventurado el hombre en quien el Divino Ser está permanentemente unido con la personalidad, lo único perceptible de unos a otros mientras peregrinamos por la tierra.
Efectuada esta manifestación, el hombre deja de estar sujeto a las leyes del reino humano, ya no es un hijo del mundo, porque en el verdadero y profundísimo significado se ha convertido en hijo de Dios.
Aunque esta superior y nobilísima vida es eminentemente apetecible y todos quisiéramos de buena gana abrazarla, no debemos olvidar la torva realidad de la vida cotidiana, porque es el prosaico cimiento sobre el que se ha de erigir el edificio de la vida superior.
Por lo tanto, en nuestros esfuerzos por vivir la vida espiritual hemos de ser tan prácticos como lo somos en los menesteres de la vida ordinaria.
Sobre todo hemos de guiarnos por la razón, desechando las frivolidades, y después de hacer cuanto nos quepa para precavernos de las ciegas fuerzas de la naturaleza inferior y dominarla, recordemos que somos expresiones de una Magna Ley, y no podemos hacer nada mejor que someternos al Supremo Legislador, quien nos conoce y nos ama más de lo que nos conocemos y amamos.
Así decimos:
"En tus manos encomiendo mi espíritu y a tu amparo mi alma".