Cuarta
Cualidad:
De acuerdo con el secreto de la suprema
Escucha, sus orejas siempre permanecen abiertas para oír lo bueno, pero se
obstruyen cuando algo vil intenta penetrar en ellas; ningún juicio torcido ni
falta del malvado tiene entrada, siéndoles negada la palabra. Pues tan sólo
debe escuchar lo bueno y provechoso, y todas las cosas que causan enojo y lo
hacen prevalecer no deben entrar jamás por el oído. Así como las palabras y el
habla de la serpiente no tienen entrada en ella, tampoco se debe permitir la
entrada de ninguna cosa vil en la oreja del hombre. Éste es el significado
de: “Tú no toleras los falsos testimonios”65 ni nada vil; todo esto no puede tener entrada en su
oreja, que tan sólo debe escuchar cosas buenas.
Quinta
Cualidad:
______________
63 Keter.
64 Aboth
tu, 10.
65 Ex.
XXIII, 1
Sexta Cualidad:
En cuanto a su nariz,
no debe llegar hasta ella nada desagradable. Debe dar muestras en todo momento
de un gran vigor, buena voluntad y gran paciencia hacia el indigno. Anhelar
siempre el cumplimiento de los deseos de todos los hombres, atender todas las
súplicas y alentar al que padece. De su nariz debe proceder el perdón del
pecado y el indulto de la iniquidad. No debe enojarse con aquéllos que le
ofenden, pues Él aplaca su ira constantemente deseando hacer el bien sobre
todas las cosas.
Séptima Cualidad:
Su rostro
debe mostrarse siempre resplandeciente a fin de recibir a todos los hombres con
un buen semblante. Por ello con respecto a la suprema Corona está dicho: “En la
luz del rostro del rey está la vida"66. En su faz no tienen cabida ni rojeces ni gestos
torcidos. La luz de su rostro debe mostrarse siempre alegre y de buen humor, y
jamás debe ser perturbada.
66 Prov. XVL 15.
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