Las dos fuerzas activas en la creación son la Luz y el deseo: todo
lo que existe está compuesto sólo de estas dos (fuerzas). Ellas interactúan de
tal forma que algunas veces es la Luz que domina y algunas veces el deseo.
Sentimos la alternancia entre ellas como el contraste de alegría/plenitud y
amargura/vacío.
El camino de la
luz contra el camino del sufrimiento
Recibí
una pregunta: ¿Sería correcto decir que el Camino
de la Luz no elimina los problemas en la vida de una persona, sino que
alguien que sigue el Camino de la Luz los percibe de una manera
distinta? ¿Puesto que esa persona se encuentra en un nivel
superior no tiene los mismos problemas que tenía anteriormente porque su
actitud hacia estos ha cambiado, o mejor dicho su actitud hacia la fuente de
los problemas? ¿Mientras que una persona que sigue el Camino del
Sufrimiento si tiene el mismo problema, se siente mal?
Mi
respuesta: ¡Eso es absolutamente correcto!
Existimos en el campo de la Luz Superior (el atributo de otorgamiento y
amor). Este campo consiste de esferas concéntricas y entre más cercana se
encuentre una esfera del centro, más intenso será su atributo de otorgamiento y
amor. Todo es estático, solo nosotros nos movemos por este campo y cambia
nuestra percepción al cambiar nuestros atributos.
Un deseo, o el alma única, fueron creados
en el centro de todas las esferas. Después se apartó del centro,
perdiendo su atributo de otorgamiento y amor para después romperse en pedazos
(las almas particulares). Por consiguiente, adquirió el atributo opuesto
- recepción (egoísmo). Por esto, ahora existe en la esfera más remota en
el campo de Luz.
Las almas ocupan “posiciones”
relativas a la Luz igual que una carga tiene una posición en un campo eléctrico
o magnético. La conexión del alma con la Luz (la conexión de una carga
con el campo) ocurre por medio del equilibrio (semejanza) de sus
atributos. Si los atributos de la Luz (el campo) y del alma (la carga) son los
mismos, entonces el alma (el deseo) siente que está en equilibrio. En
otras palabras, existe un equilibrio de las fuerzas del alma o atributos con
los de la Luz.
Se encuentran en un estado de homeostasis.
Cuando las almas se alejan del
centro hacia la periferia (cuando descienden a través de sus atributos),
retienen un Reshimo (registro) de cada estado por los que pasaron. Cuando
las almas alcanzan la distancia máxima desde el centro (desde el Creador porque
sus atributos son opuestos a los de Él) un registro de la cadena completa de separación
(descenso) permanece enraizada en ellas. Las almas (los deseos egoístas)
perciben el estado más remoto como una persona (alma) en este mundo (campo).
Desde este momento en adelante, las
almas inician su camino de regreso. Al principio avanzan hacia la meta de la
creación inconscientemente, bajo la presión que surge debido a la desavenencia
de sus atributos con los atributos de las esferas de Luz por las que
pasan. El alma experimenta sufrimiento que es el sentimiento que llega
desde la oposición de sus atributos egoístas y los atributos de la Luz. Entre más grandes
son los Reshimot que se expresan en un alma, más se siente impulsada esa alma a
las esferas interiores en el campo de Luz. O dicho de otra manera, entre mayor
es la desigualdad entre el Reshimo no corregido y la Luz corregida, peor se
siente la persona (y lo mismo puede decirse de la sociedad en general).
Al empezar en una determinada
esfera en el campo de la Luz, la influencia de la Luz en el Reshimo evoca el
reconocimiento de la causa del sufrimiento. Esto se manifiesta como la pregunta
sobre el significado del sufrimiento, su razón y propósito. Es una
pregunta sobre el significado de la vida. A la persona se le conduce al
grupo (el ambiente) en donde puede empezar a corregirse para ser semejante a la
Luz (otorgamiento).
Rav Laitman
“Siempre parece que somos amados
porque somos buenos. Pero, lo que no comprendemos es que somos amados
porque quienes nos aman son buenos”.
Leon Tolstoi
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